Campings en los alrededores de Rocamadour
No tendrá problemas para encontrar alojamiento en este bonito municipio muy turístico. Con sus 8 campings, a Rocamadour no le faltan alojamientos al aire libre, y hay muchos otros campings que descubrir en los alrededores. Le recomendamos el camping Padimadour ****, situado en el mismo Rocamadour, que cuenta con una piscina cubierta y otra exterior, ambas climatizadas a 28°. También dispone de piscina y club infantil. El camping La Plage ***, situado en Meyronne, a sólo 12 km de Rocamadour, ofrece un alojamiento familiar con parcelas amplias y sombreadas a orillas del Dordoña, donde podrá bañarse y practicar deportes acuáticos. El camping también ofrece una amplia gama de entretenimiento.
Lugares de Rocamadour que no debe perderse
La ciudad medieval y sus siete santuarios
Después de subir los 216 escalones de la Grand Escalier (también hay un ascensor disponible), es hora de descubrir la suntuosa ciudad medieval, situada en un magnífico entorno natural de vegetación y afloramientos rocosos. Una vez que haya recuperado el aliento, descubrirá las diferentes iglesias declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO, y pronto se dará cuenta de por qué la ciudad es un lugar de peregrinación tan importante.
La Chapelle Notre-Dame, apodada la "capilla milagrosa", es famosa por su estatua del siglo XII de la Virgen Negra.
La basílica de Saint-Sauveur y su hermoso entresuelo de madera, añadido a la iglesia en el siglo XIX para acoger a todos los peregrinos.
Situada bajo la basílica de Saint-Sauveur, la cripta de Saint-Amadour es una joya del arte gótico y romano.
La capilla de Saint-Michel está adosada al acantilado en un edificio semitroglodita y fue construida probablemente a finales del siglo XII. Este imponente edificio alberga un magnífico Cristo en Majestad y espléndidos frescos.
La Gruta de las Maravillas, monumento histórico protegido
Situada sobre el desfiladero de Alzou, es famosa como la Gruta de Rocamadour. Abierta al público en 1921, fue declarada Monumento Histórico cuatro años más tarde. Actualmente abierta al público, la gruta alberga excepcionales concreciones naturales y goures (especie de cuenco de agua en forma de pequeña cascada). En una de las paredes se pueden ver pinturas rupestres de 20.000 años de antigüedad que representan felinos, caballos y manos, y que recuerdan a las descubiertas en la cueva de Cognac, en la misma región.
Le Rocher des Aigles, entre en el territorio de los pájaros
Fundada en 1977, la cetrería del Ecoparc des Aigles de Rocamadour ofrece espectáculos con rapaces diurnas y loros. Es un centro de cría y reproducción de aves rapaces. Grandes y pequeños aprenderán sobre el entorno de estos animales y cómo protegerlos. Es una forma estupenda de conocer a estas rapaces, que a veces impresionan por su tamaño.
El Bosque de los Monos, una experiencia totalmente inmersiva
Después de la sima de Padirac, es el segundo lugar más visitado del departamento del Lot. Muy apreciado por los veraneantes, hay que reconocer que observar monos tan de cerca en el pueblo de Rocamadour es una actividad tan atractiva como insólita. Tanto más cuanto que aquí sólo se ven macacos de Berbería, una especie en peligro de extinción por cuya conservación existe un verdadero compromiso. Los animales viven en condiciones muy similares a las de su hábitat natural, y su bienestar se percibe casi de inmediato. Se reservan zonas para su tranquilidad y se les permite deambular libremente. Durante la visita, se puede asistir a las sesiones de alimentación, que tienen lugar cada tres cuartos de hora. Es una experiencia enriquecedora para toda la familia, en la que podrá aprender mucho sobre esta especie clasificada "en peligro de extinción".
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¿Qué comer en Rocamadour?
Especialidad de las regiones de Quercy y Périgord, la tarta de nueces elaborada con nueces del Périgord hará las delicias de su paladar. Muy conocido en el Lot, el foie gras es una de las especialidades de este departamento francés. Lo encontrará por todas partes, sobre todo en los mercados. El famoso queso de cabra Rocamadour AOC, elaborado con leche entera y cruda, tiene un sabor cremoso y fundente cuando está fresco y más potente cuando está seco. No puede irse de Rocamadour sin probarlo o sin llevarse un poco a casa.