¿No hay niños en la escuela todavía o ya no están en la escuela? ¿Un empleador comprensivo? ¿Quiere pasar unas vacaciones tranquilas sin tener que perderse en la Lozère o en una Kayola del País Vasco? Hay muchas razones para irse de vacaciones fuera de temporada. Los cinco que hemos elegido nos parecen un buen resumen.
Cuesta menos
Los precios son el principal argumento para elegir la temporada baja en todas las zonas. Por ejemplo, a la hora de alquilar, según el camping y el número de estrellas, puede beneficiarse de tarifas entre un 20 y un 40% más bajas que en temporada alta. Algunos campings también ofrecen grandes ofertas, como 2 semanas "por menos". También puede ser una oportunidad para darse un capricho con alojamiento y servicios de lujo por el precio de un alojamiento básico. Pero ir fuera de temporada también significa que los billetes de tren y de avión son mucho más baratos, y no podrá conseguir los precios "turísticos" en las tiendas.
Consulte nuestro artículo detallado sobre cómo reducir su presupuesto de vacaciones.
Hay menos gente
No nos cansamos de insistir en lo bueno que es, si no tener la piscina para ti solo, al menos poder nadar sin miedo a que te pateen otros bañistas o un adolescente que tenga la buena idea de tirarse delante de ti. Con el mismo espíritu, las playas de las Landas o del sureste siguen siendo muy acogedoras en septiembre. Además, tendrá muchas más opciones para la ubicación de su toalla. La temporada baja es también la oportunidad de aprovechar al máximo las riquezas que ofrece nuestro país.
Tomemos el ejemplo de las Gargantas del Ardèche. En julio y agosto, está abarrotado y el descenso del río suele ser como una gincana entre canoas y rocas... porque no hay mucha agua. En primavera, si te gustan las sensaciones y tienes un poco de práctica, la nieve derretida hará el viaje mucho más interesante. En cambio, en septiembre, el tiempo sigue siendo bueno y se puede deslizar por el agua sin temor a encuentros inesperados... y a menudo brutales. Puede aplicar estas reglas a todas las atracciones turísticas del país.
Menos estrés
Elegir la temporada baja es también la garantía de que casi no hay estrés. Esto significa que evitará todos los atascos en la carretera. Cuando llegue al camping, no tendrá que esperar en la recepción y el personal tendrá tiempo suficiente para explicarle y mimarle a su llegada. Además, una vez que llegue, es poco probable que tenga que lidiar con el estrés del ruido de sus vecinos. Por último, si se va de viaje, no tendrá que verse envuelto en largas colas para comprar o para cualquier visita prevista.
¡Más gente disponible!
Del mismo modo que los responsables del camping se tomarán el tiempo necesario para darle la bienvenida, o incluso para llevarle a su parcela, las personas que conozca durante su estancia tendrán más tiempo para dedicarle, dándole la oportunidad de conocer a gente muy agradable. Tomemos, por ejemplo, el caso de esta bodega cooperativa en la que se está considerando parar para reponer su bodega. Además de que podrás elegir tu plaza de aparcamiento, incluso junto a la puerta, se tomarán el tiempo de dejarte probar... con moderación, por supuesto. Además, podemos dedicar tiempo a informarle sobre todos los vinos que se ofrecen.
¡Hacemos mejores fotos!
Por poner el ejemplo de las gargantas del Ardèche, pruebe a fotografiar el Pont d'Arc en pleno mes de julio o a pasear con su cámara por las estrechas calles de la Cité de Carcassonne... ni se le ocurra. En abril o septiembre, es mucho más tranquilo y la luz es mucho más suave y cálida, y los colores son más bonitos.
Entonces, ¿convencido?