Si el alojamiento no se deja tan limpio como a la llegada (superficies, suelos, horno, cuarto de baño, etc.), se le puede cobrar la limpieza. Algunos campings ofrecen una opción de limpieza (una tarifa plana de unos 50 euros).
Del mismo modo, el equipo y los accesorios proporcionados como parte del alquiler serán revisados: razón de más para realizar un inventario exhaustivo de las instalaciones a la llegada.